África
Geográficamente hablando, África constituye una unidad, de eso no cabe duda. Sin embargo, su diversidad es tal que bien podríamos hablar de varios continentes contenidos en uno solo.
Los tres destinos clásicos del norte África: Marruecos, con todo su colorido; Túnez, con sus dunas y sus playas, y Egipto con su monumental riqueza arqueológica; poco tienen que ver con el otro extremo del continente, la casi europea Sudáfrica, o con la especialísima idiosincrasia de Etiopía y su cultura copta.
Igualmente diversos son los destinos isleños del continente africano. Auténticas réplicas del Paraíso, como Isla Mauricio o las Seychelles; o interesantísimos territorios aún desconocidos como Madagascar o Zanzibar.
En la costa occidental, destaca Senegal, que, abierto desde hace unos años al turismo, no ha dejado de crecer en número de visitantes ansiosos por conocer un pedazo muy significativo de esa África negra francófona.
En el corazón de África, lugares míticos y espectaculares como las Cataratas Victoria, y por supuesto, la imagen paradigmática que todos tenemos de África. Los fotogramas de “Memorias de África” y tantas otras películas, la sabana, los safaris, los elefantes y las jirafas, los leones y las gacelas, los rinocerontes y los hipopótamos, Kenia y Tanzania, ciudades de evocadores nombres, como Mombasa o Nairobi. Todo un repertorio de lo que ya conocemos pero que no se hace auténtica realidad hasta que podemos verlo en vivo con nuestros propios ojos y tocarlo con nuestras propias manos.
Y si lo que buscamos es un nivel más de aventura, adentrarse en la jungla para ver los gorilas en la niebla será una experiencia que difícilmente podremos olvidar.
Si busca traspasar las fronteras de lo familiar y de lo conocido, en África puede estar su destino, un destino que es muchos destinos y que dejará en nuestra retina imágenes imborrables.
